Super heroína de frente marchita y de sienes plateadas, de manos cansadas de tanto trabajo. Con la capacidad de estar casi 24 horas sin dormir y de hacernos reír a carcajadas entre lágrimas. 

Leer la mente es una actividad que hace sin ningún esfuerzo, intuye y prepara las tiritas antes de la caída y, después, tiende un pañuelo cuando me ayuda a levantar.

Tantas noches de desvelo, abrazos, apretón de manos cuando quería tirar la toalla, la que ha estado en esos momentos tan difíciles brindando amor, ternura e infinitas sonrisas. La que no le faltaba un ¡que guapa mi niña! y ¡tú puedes con esto y con todo!

Mil y una virtud, entre ellas esa paciencia infinita.

Gracias por esos valores que me has inculcado y que gracias a ser quien eres, cada vez que paso por el espejo quiero parecerme a ti cada día que pasa.

Felicidades a esa mujer INCREIBLE, que me quita el miedo con tan solo una mirada, siembra protección, la del SI y la del NO, la que resuelve cualquiera de mis problemas, a la gran cocinera de delantal de lunares y volantes.

Mi compañera, la más bella, grande, consejera, mi madre. Te agradezco, una vez más, tu amor incondicional. 

Te quiero mamá